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Diezmos y ofrendas

15 Jul 10 - 13:06

Dios ha establecido el diezmo y las ofrendas para sostener las necesidades de sus siervos y de su casa.

1. EL DIEZMO.

Algunas iglesias han enseñado que el diezmo era parte de la Ley de Moisés y que por lo tanto la iglesia ya no debe darlo, pero veamos lo que dice la Biblia tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento:

a) El Antiguo Testamento

Abraham lo practicó 640 años antes que Moisés lo estableciera como un mandato dentro de la Ley (Levítico 27:30; Génesis 14:18-20).

Al volver de derrotar a los cuatro reyes que tomaron Sodoma y Gomorra, en agradecimiento a Jehová, Abraham ofreció los diezmos a Melquisedec rey de Salem (Hebreos 7:1-10).

Jacob lo prometió a Jehová 150 años después de Abraham (Génesis 28:20-22) cuando iba camino a Harán (tierra de Labán su tío), también como consecuencia de las bendiciones de Dios; es decir, no había nada que lo obligará a él o a Abraham o a cualquier otro a practicar el diezmo, solamente su corazón y un espíritu de agradecimiento a Jehová. Qué gran enseñanza, el nieto de Abraham aprendió a hacer lo mismo que él: ser agradecido con Dios.

Antes de la Ley, el diezmar se estableció en el corazón de los hombres como una necesidad de reconocer que todo lo que tenemos o ganamos, procede de la mano de Dios.

La Biblia nos enseña que un corazón agradecido, no necesita tener un mandamiento para diezmar a Dios, porque su fe le impulsará a dar con generosidad, lo cual, a muchos nos cuesta hacer.

Antes de ver esta enseñanza en el Nuevo Testamento, es necesario aprender que cuando el cristiano diezma del producto de su trabajo, sin darse cuenta, esta protegiendo su corazón de la avaricia; pero cuando no lo hacemos, lamentablemente estamos cayendo en tentación y lazo y pecamos contra Dios.

La Biblia dice que “…raíz de todos los males es el amor al dinero…” (1 Timoteo 6:10), este fue precisamente el problema del pueblo de Israel (Deuteronomio 8:11-18), creyeron que Jehová no tenía nada que ver con su prosperidad y lo por tanto, no diezmaban.

b) El Nuevo Testamento. Antes de ver lo que dice el nuevo Testamento, hay que dejar en claro tres cosas:

Primero: Tenemos que recordar que ya no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia, por esta razón vivimos bajo los mandamientos que Cristo enseñó o confirmó en el Nuevo Testamento ¿todos de acuerdo? ¿Qué significa entonces que el hombre ya no vive bajo la Ley? sencillamente significa que todos los ritos y actos de purificación que tenían que practicarse para expiar los pecados (cubrir para que fueran pasados por alto ) ya no son necesarios, porque Cristo ya hizo el sacrificio perfecto para que nuestros pecados sean borrados por completo.

Segundo; Que vivir bajo la gracia no significaba que ya no tenían que obedecer los mandamientos básicos, dados no por Moisés, sino por Dios: no tendrás dioses ajenos delante de mí, no matarás, no cometerás adulterio, no hurtarás, no codiciarás la casa de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo, etc, porque cada uno de los mandamientos que formaban fa columna vertebral EXCEPTO el guardar el sábado son ratificados en el Nuevo Testamento.

Tercero: Que vivir bajo la gracia, contrario a lo que muchos piensan, implica MAYOR RESPONSABILIDAD que vivir bajo la Ley, sólo basta ver el ejemplo del Sermón del Monte (Mateo 5:21-22; 27-28; 31-32; 33-34; 38-39; 43-44).

Ahora bien, si vivir bajo la gracia implica mayor responsabilidad, veamos cómo trató el Señor el caso del diezmo:

El caso de los escribas y fariseos (Mateo 23:13-23), en esta porción de la Escritura el Señor Jesucristo llama “guías ciegos, insensatos y necios” a los escribas y fariseos, debido a la ACTITUD con la que cumplían ciertas cosas de la Ley, llegamos así al v.23 donde habla del diezmo, analicemos bien este versículo y respondamos ¿los reprende por diezmar o les dice que ya no deben hacerlo?, las respuestas son un rotundo NO, porque el diezmar era algo correcto ante Dios, pero no la actitud con la que lo hacían.

En este momento cabe hacernos una pregunta ¿por qué Jesucristo no hablo acerca de la necesidad de diezmar? ¡Porque ya sabían hacerlo!, el único problema, era que creían que por diezmar, ya se podían olvidar de hacer misericordia.

¿Debemos entonces los cristianos de hoy llevar nuestros diezmos a Dios? Sí, pero sin dejar hacer el bien.

Para entender mejor lo dicho en la última parte del párrafo anterior, veamos, el caso del fariseo y el publicano (Lucas 18:9-14), este el caso de muchos cristianos, que consideran que su justicia es mayor debido a las obras que hacen y a los diezmos que dan a la iglesia, pero el Señor Jesús vuelve a insistir en lo mismo, en condenar no el hecho de que el publicano hiciera ciertas cosas o dejara de hacer otras, sino la actitud incorrecta delante de Dios.

¿Por qué entonces es mayor responsabilidad el diezmar en la actualidad? Porque en el periodo de la gracia, para la iglesia, el diezmo ya no debe ser un límite, sino lo menos que debemos darle a Dios. Pablo escribió “el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará” (2 Corintios 9:6). David dijo “todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos” (1 Crónicas 29:14), “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan” (Salmo 24.1).

Ahora que hemos determinado bíblicamente la necesidad de diezmar, recordemos por qué es importante hacerlo:

a) Porque si diezmo, estoy obedeciendo a Dios y habrá bendición. “...Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios...” (Mateo 22:21). Respecto al dinero, hemos de darle a Dios lo que le corresponde (Malaquías 3:10; Proverbios 3:9-10; 2 Corintios 9:8). De Dios recibiremos en abundancia para volver a dar y compartir con los demás.

b) Porque si no diezmo, estoy robando a Dios (o lo que es lo mismo, pecando contra Dios. (Malaquías 3:8- 10; Deuteronomio 14:22; Hageo 1:3-1 1).

c) Porque cuando diezmo, Dios cubre las necesidades de sus siervos (Mateo 10:9-10).

Desde el momento en que los apóstoles fueron a predicar la Palabra, tenían derecho a esperar que aquellos a quienes eran enviados, les proveyeran de lo necesario para su sustento (1 Timoteo 5:17-18 comp. Deuteronomio 24:15, 25:4, Levítico 19:13), lo mismo enseñó Jesús a los setenta (Lucas 10:7; 1 Corintios 9:7-14).

¿Por qué el pastor o pastores son sustentados con los diezmos?, además de lo explicado en los párrafos anteriores, porque los diezmos eran exclusivamente para el sostenimiento de los levitas y sacerdotes, “…he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio, del tabernáculo de reunión...” (Números 18:21-28 “Se os contará vuestra ofrenda como grano de la era” (v.27) Levítico 27:30-32, Deuteronomio 12:19).

2. LAS OFRENDAS

¿Si el diezmo era sólo para cubrir las necesidades de los Levitas, cómo se cubrían las necesidades del Tabernáculo? Veamos:

a) Con las ofrendas voluntarias (Deuteronomio 12:6).
b) Moisés levantó una ofrenda especial para la construcción del Tabernáculo (Éxodo 35:4-5). Lo hizo por mandato de Dios (Éxodo 25:1-8).
c) David preparó una ofrenda abundante para que Salomón construyera el templo (1 Crónicas 1-5, 29:2), e invitó al pueblo a ofrendar (1 Crónicas 29:5-6).
d) Jesús vio la ofrenda de la viuda pobre (Lucas 21:2).
e) Pablo levantó una ofrenda para los pobres de Jerusalén (Romanos 15:26. 31, 18:1).
f) Las ofrendas deben darse según la prosperidad de cada uno (Deuteronomio 16:17; 1 Corintios 16:2; 2 Corintios 9:7).

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